26 de mayo de 2017
19 de mayo de 2017
Exploración al cosmos violento de la poesía
-Reseña de Basurita
Cósmica, de Fabián Burgos-
…
Siempre fue una imagen terrible
ver el cielo reflejado en los charcos
ver el cielo reflejado en los charcos
Un presagio de la poética contenida en este trabajo lo
encontramos en la portada misma de la plaquette, publicada por Ediciones
Periféricas: una neurona y una galaxia, una al lado de la otra, una
fotografiada por un telescopio inmenso y la otra por un microscopio
refinadísimo; ambas frente a frente, con sus exorbitantes distancias pero con
una semejanza que la poesía de Burgos se encarga de enlazar a través de
filamentos y tormentas, con herramientas lingüísticas claro está.
Todo parte con un poema inicial donde se establecen los contornos.
Una formación inicial que gira, revolotea, se rearma y se esparce con un ritmo
marcado por la intensidad y la cólera, tomando nota del caos que acontece
violentamente alrededor de nosotros:
Tanto el autor como el
poema
Son desechos
Ínfimas porciones de finito
Que ya quisieran
Andar errantes
Buscando azotar las mejillas
Contra los límites del espacio.
Es probablemente
A partir de esta sensación terrible
Que algunos científicos
A nosotros humanos
Han llamado: Las basuritas del cosmos.
Son desechos
Ínfimas porciones de finito
Que ya quisieran
Andar errantes
Buscando azotar las mejillas
Contra los límites del espacio.
Es probablemente
A partir de esta sensación terrible
Que algunos científicos
A nosotros humanos
Han llamado: Las basuritas del cosmos.
A partir de ese momento empieza un recorrido por distintos rincones
del pliego cerebral, con sus correspondientes mutaciones y subterfugios,
lanzando certeros dardos que bien podrían pasar por máximas científicas: “Existen tantas estrellas como neuronas en
nuestro cerebros” dice, por ejemplo, el poema “Conclusiones
místico/poéticas a partir de un apunte al vuelo tomado en un congreso de
astronomía”, publicado anteriormente en el folletín del encuentro de escritores
Letras en la Arena, de caleta Horcón. El texto prosigue, justamente, como en
una libreta de apuntes:
a) Es cierto aquello
de que el pensamiento no se desintegra junto al cuerpo, sin embargo
desaparecemos a la velocidad del cosmos. Nada es infinito.
b) El conocimiento
humano se expande al mismo tiempo que lo hace el Universo. Nunca lo podremos
saber todo, pero la carrera es inevitable. El corazón es un placebo.
c) Es probable que
haya cierta conexión entre las neuronas de la humanidad entera. Por cada
estrella muerta, un poema a punto de ser parido despierta en una galaxia
inexplorada, donde seguramente en centurias se encontrará consigo mismo, pero
no encontrará un lenguaje.
Y así hasta la letra g). Y así también sucesivamente van cayendo otros poemas, como asteorides que al chocar con las neuronas del lector generarán quizás el mismo gesto que dos galaxias azotándose en la profundidad del cosmos. Porque a decir de Burgos, “destruir neuronas como destruir estrellas, es el único espectáculo posible”. En ese sentido, la poesía, como el alcohol, tendría la capacidad espectacular y soberbia de destruir o al menos mutar nuestras neuronas hacia algo peor o mejor, como nuestras visiones del Universo: un océano salvaje sin retorno y sin sentido, o una mágica unión eléctrica de voluntades y existencias.
Ya hacia el final del libro, la plaquette toma sentido en
cuanto anticipo o extracto de una obra mayor, sentido primario del concepto, con
la aparición de una “Introducción a Cosmogonía para los salvajes”. El poema
cumple la función de enhebrar lo leído anteriormente, con sutileza y seguridad:
Luego de tanta razón
construiré un poema en el que podamos habitar los salvajes
un poema en espiral que gire por debajo del Universo
que le cambie las órbitas y provoque sinapsis a las estrellas
somos el infinito escribiéndose a sí mismo.
construiré un poema en el que podamos habitar los salvajes
un poema en espiral que gire por debajo del Universo
que le cambie las órbitas y provoque sinapsis a las estrellas
somos el infinito escribiéndose a sí mismo.
Basurita Cósmica tiene 24 páginas y fue impresa en abril de 2007 en el taller Elías de Ediciones Periféricas (Valparaíso). Además fue publicada en México (Guadalajara) por Ediciones Pipa Tapada, también en 2017. Constituye el tercer adelanto de un libro que según el mismo autor, “nunca se termina de escribir”, y que lleva por nombre “Para estrangular el lenguaje de los pájaros”.
Vía Revista Cavila
17 de mayo de 2017
Insomne
Un pétalo de nieve
deambulando suavemente
por el aire de tu boca
incrédulo ante la hipérbole
del espíritu
El frío no congela
la voz no existe
pero entre rocas azules
se evapora un recuerdo
Un manojo de cenizas
derretidas en el mar
16 de mayo de 2017
“Fuera de catálogo”: Un recorrido marginal por el Valparaíso de Carlos Peirano
Batallas imaginarias, coreografías y
composiciones de sugerente ambigüedad, realizadas con desechos recogidos
directamente de las calles, forman parte de “Fuera catálogo”, la nueva
exposición de Carlos Peirano, “un artista a medias”, como él mismo se define, y
que se estará presentando a partir de esta semana en El Internado de
Valparaíso, hasta fines de junio.
“No tengo plazos ni límites, estoy más bien sujeto a aquello
que la calle, el cerro o la playa me ponga por delante. Soy el reverso de un
comprador compulsivo. Ando a cuestas con mi mochila cargando todo lo que la
sociedad de consumo ha desechado. Esos son mis materiales; y eso para mí tiene
algo de sentido: soy un artista a medias, un farsante”, dice Peirano a El
Ciudadano.
El resultado de este proceso -la obra-, es, según Peirano,
“una especie de diario de vida plástico, porque en ella utilizo cosas que
encuentro mientras deambulo por Valparaíso”.
Se propone así un recorrido marginal por piezas realizadas
con madera, fierro, papel, loza y plástico, materiales que examinan la
fragilidad de las cosas -y el misterio de éstas-, en un contexto oscuro y
desacralizado. A juicio del autor: “Aquello que, caído en desuso, e
irremediablemente inutilizable, brinda un marco de acción para el arrebato”.
En ese sentido, el espectador atento podrá identificar
retazos de su cotidiano acontecer por la ciudad, una ciudad particular que con
su geografía llena de quebradas, desagües y rincones, ferias libres y
accidentes varios, contribuye a esparcir restos de la sociedad de consumo por
prácticamente todo su territorio.
En el caso particular de esta exposición, Peirano pone como
ejemplo la obra “Tragedia carretera”, constituida por restos de letreros de
micros, camiones y colectivos accidentados en la bajada Santos Ossa, y que se
unen dentro de un marco también encontrado en la calle.
“Fuera de catálogo”, reúne algunos de los ensamblajes, objetos y esculturas realizados por Periano en el último año. A partir del 15 de mayo y hasta el 30 de junio en El Internado, Dimalow 167, Cerro Alegre, Valparaíso. De martes a domingo 12:00 a 21:00 hrs. Entrada liberada.
Publicado en El Ciudadano
13 de mayo de 2017
8 de mayo de 2017
6 de mayo de 2017
Subterfugio
Subte a las dos de la tarde:
una ensimismada camisa
es la rutina desta ciudad:
un inmigrante sin nombre:
una entraña sin comida:
brebajes de la memoria
recorriéndose en cada stencil
en cada rostro que se asesina
3 de mayo de 2017
La caleta
Últimos rayos de sol
las olas se adormecen
y la playa transmuta
Un niño desaparecido
vuelve a sonreír
Se acaban las estaciones
de la pulga de mar
Del alga su coraza
y su angustia de pez
Un bote fósil se estremece
La caleta cae en la noche
y los rumores del ayer
retumban de oleaje
en los cerros cercanos
El hombre se fue con el siglo
La vida es acá como silencio
La noche y su reino solamente
pero alguien vuelve
a creer en los rituales
Una fogata se enciende
Y el viento se arrastra seduciendo
lenguas amarillas inexplicables
en la oscuridad del
universo
2 de mayo de 2017
Canción de Valparaíso
primero una soledad de
acantilados
selva piedras
lagartos
quebradas cáñamo
vertientes
espejo semen
polvo
vasija cántaro
después
gaviotas y geométricos
pelícanos
en los bordes de la república
en
el escondite del océano viejo
bajo
el vientre de la tierra quemada
bajo
nuestras pieles quemadas de olvido:
una
madre pariendo fogatas
una
piedra lisa entre indios
primero
la semilla y el ovario
después
el hombre y su pañuelo
primero
la pesca la concha los
ojos
reventados de los peces
el
cuero de lobo inflado y después
después
la bandera y la
bandeja
antes
que toda herramienta
primero
fue la tierra esculpiendo
nuestras
bocas con azules
piedras marinas
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